A todos nos ha pasado alguna vez que nos hemos enamorado de unas Sneakers ya sea por su diseño, materiales, colores o por estar de moda, dejando de lado otros aspectos mucho más importantes como es el bienestar de nuestros pies.
Hay que tener en cuenta dos aspectos fundamentales donde NUNCA hay que escatimar: la primera es nuestro colchón, ya que pasamos una media de ocho horas diarias en él y otra y, quizás, más importante, nuestro calzado pues pasamos normalmente más de diez horas diarias sobre ellos.
Por eso en este edit os vamos a hablar de los requisitos que un buen calzado debe cumplir para tener unos pies envidiablemente sanos.
Rozaduras, ampollas, callos, juanetes, deformaciones como los dedos en garra, dolencias en las articulaciones o la espalada, posibles esguinces de tobillo, etc. son consecuencia de una mala elección en nuestro calzado, por eso es tan importante que antes de comprar un par de zapatos sepamos algunas pautas a tener en cuenta.
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ALLA ADECUADA
Según Manel Pérez Quirós, miembro de la junta del CGCOP, “debemos buscar siempre la adaptación del calzado a nuestro pie y nunca al revés. Eso significa que si, por ejemplo, tenemos un pie muy ancho, debemos buscar un calzado de la envergadura adecuada”, asegura el experto. Así que usar nuestra talla correcta es primordial, procura medirte ambos pies al final del día para lograr el mejor ajuste, ya que los pies se van dilatando a lo largo de la jornada y lo correcto es llevar nuestras Sneakers un poco holgadas.
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UENOS MATERIALES
Además, para elegir el zapato más funcional y confortable también debemos tener en cuenta el material con el que está diseñado, enfatiza el podólogo. “Un calzado sintético puede provocar maceraciones en la piel debido a la humedad, ya que ese tipo de zapatos no transpiran. Es deseable que el material sea siempre respirable, y lo más aconsejable son las pieles naturales”. Así mismo, las pieles naturales son flexibles por lo que se adaptan a nuestros pies.
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UELA RESISTENTE
También tenemos que vigilar el tipo de suela. Lo normal es que estemos todo el día pisando superficies duras, y eso significa que los pies necesitan un amortiguador, cosa que conseguiremos con una suela flexible. “La musculatura del pie ya hace de amortiguador, pero esa capacidad se acaba agotando caminando todo el día por ese tipo de superficies y terminamos con dolor de pies”, indica Manel Peréz, que también es presidente del Col·legi Oficial de Podòlegs de Catalunya. En esto coincide su colega el podólogo Jordi Lledó que añade que la suela “debería ser de goma y flexible, sobre todo a nivel del antepie (parte delantera), para dar mayor amortiguación al metatarso y evitar sobrecargas o callosidades”.
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ÁXIMA SUJECIÓN
Según Lledó,“tenemos que asegurarnos de que lleve un contrafuerte posterior (la parte trasera) semirrígido para que el talón tenga una buena sujeción y el pie no baile dentro del zapato”. Por eso, la sujeción de la parte del talón también es importante. Habrá que vigilar que nos mantenga el pie en una postura homogénea que no permita que se nos tuerza hacia un lado, ya que puede llegar a provocar incluso un esguince de tobillo.
A
LTURA
Finalmente, otra cosa a tener en cuenta es la altura del talón con respecto a los dedos, de esto las mujeres saben más que los hombres, ya que llevan normalmente zapatos de tacón alto. Pero ojo, igual de malo es caminar con un calzado totalmente plano como ir sobre unos Stilettos de 9 cm. Según Manel Pérez “la medida fisiológica recomendable estaría entre los 2 ½ – 3 centímetros de altura”.